“Persistencia y terquedad para vivir del arte”, Maria Paula Molina, ilustradora colombiana
¿Cómo lograr que nuestro arte sea sostenible económicamente? En esta entrevista a Maria Paula Molina encontrarás algunas pistas.
Maria Paula Molina, conocida como XMARIALUNAX , es diseñadora gráfica con énfasis en ilustración y creadora del estudio de branding Zorros y Girasoles. Hablamos con esta bogotana radicada en México, sobre cómo se convirtió en ilustradora, logró que su pasión fuera su trabajo remunerado y lo revolucionaria que ha sido la experiencia materna en su arte. Además, regaló algunos consejos para quienes necesitan un empujón para tirarse con toda a emprender en el mundo del diseño y la ilustración.
Explica: ¿Cómo llegaste al mundo de la ilustración?
Maria Paula: Profesionalmente llegué a la ilustración en la universidad, pero desde la infancia estuve relacionada con el dibujo, la pintura y todas las expresiones gráficas que incluyeran untarme las manos. Desde el kindergarten estuve muy enamorada del dibujo y la pintura, y aunque sé que es una fase que atravesamos muchos niños en mí no se disolvió e incluso se fue fortaleciendo. Por eso, cuando llegó el momento de decidir a qué me quería dedicar no tuve ninguna duda. La ilustración es un campo en el que me siento muy cómoda porque es una expresión artística que está ligada a la literatura o a trabajar de la mano contando las historias de personas, marcas o proyectos. Estudié el énfasis de ilustración en un intercambio, gracias a una beca, en Santiago de Chile.
E: ¿Cómo lograste que la ilustración se convirtiera en tu trabajo?
MP: Yo creo que para llegar a vivir de cualquier expresión artística en Latinoamérica hay que ser muy “terco”, muy persistente y no romantizar en exceso la profesión. Me refiero a que una romantiza esto en la adolescencia o cuando empieza la universidad. Recuerdo que decía que quería dibujar y no me importaba si no ganaba dinero o si vivía en la calle o debajo de un puente, no importaba porque esa era mi pasión. Pero a través de los años fui conociendo personas que vivían muy bien económicamente de la ilustración.
En el intercambio donde me especialicé en ilustración conocí a una gran maestra, llamada Alejandra Acosta, quien me permitió entender por qué no romantizar las expresiones artísticas, específicamente la ilustración. Con ella aprendí a valorar económicamente mi trabajo y entendí que lo que hago aporta al mundo, a las personas, a las empresas, a las editoriales, a los clientes. Hay que encontrar el balance entre la pasión y la estabilidad y tranquilidad económica porque ser creativo cuando estás pasando hambre y necesidades es muy difícil.
Al principio me costó mucho ponerle un valor económico a mi trabajo, me daba mucho miedo, era muy tímida precisamente por el amor que le tengo a la profesión. Que alguien me llamara a un proyecto para mí ya era emocionante el solo hecho de hacer el proyecto, y a veces no me preocupaba por el valor económico; pero desde la universidad empecé a trabajar con empresas como diseñadora gráfica y me di cuenta de todo el tiempo que tiene el trabajo creativo. Por eso, cuando decidí lanzarme al mundo freelance, me enfoqué en no perder el nivel de vida que estaba logrando gracias a trabajar en empresas como diseñadora gráfica. Así que me enfoqué en que ser freelance significara ganar mínimo lo que ganaba en una empresa, e idealmente ganar mucho más.
Lo primero que hice cuando renuncié fue muy irresponsable: gasté todos mis ahorros y toda mi liquidación en un viaje de un mes a Perú y regresé a mi apartamento con solo trescientos mil pesos colombianos. En ese momento dije “la cagué”. Era muy mala manejando las finanzas. Pero el mismo día que llegué creé un mailing, un portafolio, organicé todo el trabajo que había hecho los años anteriores y lo envié a todas las personas con las que yo he tenido contacto, así fuera la tía de la amiga de mi mamá. A todas las personas que tenía en mi correo electrónico y en mi WhatsApp les envié un portafolio y un mailing haciéndoles saber que había empezado el año siendo freelance y diciéndoles que si ellos o alguien que conocían necesitaban mis servicios de ilustración y diseño me contactaran. Y desde esa misma semana me llamaron para asistir en la ilustración de un libro. De ahí en adelante (eso fue en el 2019) no ha parado el trabajo nunca.
E: Tú tienes un estudio de branding e ilustración llamado Zorros y Girasoles, cuéntanos un poco de la historia de tu emprendimiento y cuáles son tus servicios.
MP: Creé mi estudio de branding e ilustración a finales de 2019, en ese primer año en el que me lancé a ser freelance. Mi pareja es fotógrafo de bodas destino y empecé a conocer muchos otros fotógrafos internacionales y cuando charlaba con ellos me decían que enfocara mi ilustración y todo mi trabajo en papelería e invitaciones de boda. Yo ya había tenido una pasantía donde tuve que hacer eso y no me gustaba por ese romanticismo del arte del que te hablaba, pues me hacía pensar que diseñar e ilustrar para papelería de boda era traicionar a mi Frida Kahlo interna.
Sin embargo, abrí Zorros y Girasoles porque fue mi primer año freelance y en ese año se disparan todas las balas que se tienen y se intentan todos los trabajos que van surgiendo en el camino. Entonces, en ese juntarme con fotógrafos de boda, ellos me pedían diseñar o renovar sus brandings, sus páginas web, toda su comunicación visual y en ese Zorros y Girasoles tomó otro camino que me gusta más, que es el de crear brandings, identidad visual, hacer ilustraciones y diseñar páginas web.
Cuando iniciamos era para fotógrafos de boda pero luego se fue diversificando. Estamos muy enfocados en crear identidad visual para otros artistas porque en el estudio creamos brandings hechos a mano. Las tipografías son hechas a mano, todos los brandings tienen ilustración y apuestas de color muy arriesgadas, entonces trabajamos con otros artistas o emprendimientos que nos dan libertad creativa y permitan el riesgo.
E: Hace poco fuiste madre y cuando se analiza tu trabajo se siente que hay un antes y un después. ¿Cómo la maternidad revolucionó tu quehacer artístico?
MP: La maternidad implicó un cambio de polo a polo, ya que me atravesó como el rayo en la historia de Cortazar. Tuve un embarazo muy tranquilo, pero cuando llegó el momento en que se cruzó la etapa más dura del embarazo con la gran carga laboral que tenía a fin de año, tuve un colapso. En el embarazo tuve angustias económicas, pues a veces por estar cansada o tener sueño, no respondía correos y perdía clientes. Hubo un mes donde no tuve nada de trabajo porque el mes anterior descuidé a todos mis clientes, pero es que tenía el cerebro hecho agua. Ya estaba haciendo un gran trabajo gestando la vida de nuestro hijo pero fue muy difícil convencerme a mí misma de que mi trabajo como madre gestante era un gran trabajo.
En general mi trabajo siempre ha estado conectado a lo que intrínsecamente yo voy viviendo como mujer y el embarazo no fue la excepción. Los últimos meses sentí una gran inspiración para ilustrar sobre embarazo y maternidad pero me daba muchísimo miedo lo que dijera a la gente. Que empezaran a conocerme como “la chica que ilustra solo sobre embarazo” o “la chica que solo habla de maternidad”, y empezar a perder por eso clientes. Me daba miedo, sin embargo, me lancé. Esa necesidad de expresar lo que estás sintiendo a través del arte es muy difícil de contener.
Entonces empecé a compartir ilustraciones sobre embarazo y maternidad y lo que recibí a cambio fue totalmente lo contrario de lo que mi corazón temía. Recibí un gran apoyo, tanto de mis clientes madres como de las que no lo son, y tuve muchas comisiones más alrededor del embarazo y la maternidad que me vinieron muy bien porque me empezaron a contratar para lo que quería y quiero hacer, que es hablar de la maternidad a través de la ilustración.
Ahora veo que no hay nada que temer por ser la persona que ilustra sobre maternidad porque es algo muy bonito. Era un miedo muy ligado a ese “solo ser mamá”, pero ser mamá e ilustrar sobre maternidad es algo muy grande, no es algo chiquito, no es algo para avergonzarse y ha sido por el contrario un tema que me ha llevado a conocer muchísima gente increíble. Entre esas nuevas comisiones ilustré la página web del Movimiento Nacional por la Salud Sexual y Reproductiva (Colombia).
La maternidad me movió todas las inseguridades artísticas y económicas y también sacudió totalmente mi estilo de ilustración y las temáticas. Además, trajo proyectos muy chéveres. Fue un gran miedo, pero al final he recibido una retribución muy gratificante.
E: ¿Cómo te defines como artista?
Me defino como alguien del corazón y muy pasional que trabaja en torno a las experiencias personales que me atraviesan por ser mujer. Ya sea desde mi trabajo como diseñadora e ilustradora o mi feminismo, mi maternidad, mi opinión o posición política o social, siempre estoy atravesada por mi experiencia como mujer, o la que viven amigas, colegas u otras mujeres que me inspiran. En cuanto a la gráfica siempre está evolucionando y cambiando. Soy muy curiosa, me gusta cambiar de técnicas. Me encantan las técnicas tradicionales pero el año pasado empecé a usar la técnica tradicional en Ipad, como en rollo digital. Entonces siempre quiero evolucionar y explorar. Bordo, ilustro digital, uso acuarelas, lápices.
Me definiría como una ilustradora del corazón y la experiencia femenina que siempre está buscando que la gráfica, no importa la técnica, sea muy delicada.
E: ¿Qué consejos le das a quienes quieren dedicarse a su estudio de diseño e ilustración pero tienen miedo de tirarse al agua?
MP: Yo creo que el consejo que a mí me hubiera gustado recibir cuando decidí abrir mi estudio de diseño o cuando decidí lanzarme al mundo de la ilustración hubiese sido que uno solo no puede. Hay que reevaluar la idea del artista que está en su estudio renegado y antisocial (también una idea que romantizaba mucho en mi adolescencia), porque somos seres de comunidad y las personas nos ayudan a crecer. Hacer comunidad y hacer networking es algo que definitivamente es importante y es algo que no nos dicen mucho. Es común la idea de que si trabajamos duro y somos muy buenos lo vamos a lograr, y sí, pero somos seres de comunidad, crecemos en comunidad y somos más felices y creativos en comunidad.
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