Storytelling para conectar con el público
Por: Maria Fernanda Cardona Vásquez*
“Usar las técnicas del storytelling para construir relatos entretenidos e inspiradores que conecten emocionalmente con nuestro público, es una táctica imprescindible para quienes nos dedicamos a las comunicaciones. Vivimos en una sociedad saturada de información, por lo que conectar con las audiencias nunca había sido tan difícil como hasta ahora”. Sigue leyendo para conocer sobre el poder de contar historias y convertirte en un gran storyteller.
Qué es el storytelling y por qué es importante
Cuando tenía siete años usaba mis cuadernos del colegio para escribir y dibujar historias de perros, gatos, niñas, adolescentes y, en sí, de todo lo que se me pasaba por la cabeza. Aunque a mi mamá no le gustaba porque tenía que comprar cuadernos nuevos cada tres meses, nunca me prohibió que gastara las hojas haciendo incipientes historietas. Todo lo contrario, de ese apoyo a esa niña que se pasaba horas contando cómo el amor le llegó a un palito con pelo (nunca mejoré mis habilidades de dibujo), surgió la pasión por contar historias, que es a lo que me dedico hoy.
Contar historias es un arte que se resume en una palabra: storytelling. Este concepto aplica tanto para disciplinas que tradicionalmente se han dedicado a esto —la literatura, el cine, la televisión, las crónicas periodísticas—, como para la comunicación, la publicidad y el marketing digital.
Usar las técnicas del storytelling para construir relatos entretenidos e inspiradores que conecten emocionalmente con nuestro público, es una táctica imprescindible para quienes nos dedicamos a las comunicaciones. Vivimos en una sociedad saturada de información, por lo que conectar con las audiencias nunca había sido tan difícil como hasta ahora.
Ya lo había escrito antes: “Las redes sociales lo cambiaron todo: cómo conocemos personas, les hablamos e incluso les vendemos. La publicidad ya no es la misma de hace diez años. En la actualidad no es suficiente los anuncios en periódicos o la televisión, y ni siquiera gastarse millones en ese tipo de marketing asegura el éxito de una campaña” (si quieres leer este artículo, da click aquí).
Entonces, ¿qué nos acerca más a nuestros objetivos de comunicación? Contar historias que conecten emocionalmente con el público. Con esto no nos estamos inventando la rueda, pues contar historias es tan antiguo como el mismo lenguaje y ha sido la base para construir comunidades.
El storytelling en la publicidad y mercadeo tampoco es algo nuevo: está desde los albores de estas disciplinas. Lo nuevo es que gracias al internet, la aparición de los blogs y el boom de las redes sociales, el público está tan saturado de información que una buena historia puede hacer la diferencia en los contenidos que generamos.
Ahora bien, no es suficiente. Al storytelling se le junta la necesidad de construir una estrategia de contenidos sólida, desarrollarla a partir de formatos adecuados y estar siempre pendientes de cómo reciben los públicos las historias que contamos.
Quienes nos dedicamos a contar historias para marcas, debemos tener claro que para conectar con nuestro público no es suficiente el storytelling. También necesitamos conocer y estudiar a profundidad las audiencias e identificar esos insights (elementos que expresan cómo el consumidor piensa y siente) que nos darán un punto de partida para construir relatos que emocionen y conecten.
No es solo saber contar una buena historia, es preguntarse cómo esa buena historia responde a los intereses de quienes nos leen, ven y/o escuchan.
Esto es especialmente duro cuando quien cuenta la historia es una marca, pues es más difícil que las personas nos identifiquemos con una empresa, institución, organización, que con otras personas. La realidad es que las marcas se sienten lejanas y ajenas a nuestras experiencias cotidianas y con ellas somos más recelosos porque sabemos que detrás del contenido que nos brindan hay un interés comercial: no necesariamente vender ya, pero sí posicionar, fidelizar y demás cosas que queremos cuando emprendemos una estrategia de, por ejemplo, marketing digital.
Por esto es tan importante que humanicemos nuestras marcas, hablemos en un lenguaje sencillo y apostemos a que los contenidos que creamos acerquen y conecten emocionalmente, lo que podemos lograr con storytelling.
Cómo ser un buen storyteller
Si googleas “Cómo hacer un storytelling” te aparecerán docenas de consejos para crear historias que entretengan, conecten e inspiren y, seguramente, en algún momento escribiré algo de esa índole. Pero hoy no. Hoy quiero invitarte a hacer un ejercicio. Es perfecto para personas que le tienen miedo a la hoja en blanco, están en un momento de bloqueo o simplemente quieren diversión.
- Vístete con mucha ropa encima, al estilo Tribbiani en uno de los capítulos más graciosos de Friends.
- Hazte un peinado gracioso.
- Ve al parque más cercano y pega un grito.
- Cuando todo el mundo esté fijo en ti, empieza a bailar alguna coreografía que hayas hecho en el colegio. Puede ser “Mayonesa” o “El baile del gorila”.
- Pide aplausos al terminar. No te desanimes si no te los dan. No todo el mundo está preparado para tu gran personalidad.
- Despídete agradeciendo tan bella atención -así no la hayas sentido-.
- Vuelve a tu casa sintiéndote una diva o divo y por favor quítate la ropa y el peinado raro.
- Descansa y recapitula todo lo que pasó. ¿Cómo te sentiste? ¿Qué aprendiste? ¿Qué obstáculo superaste? Trata de pensar en términos de inicio, nudo y desenlace y establece un conflicto.
- Siéntate a escribir, porque, si hiciste el ejercicio bien, tienes una historia que contar.
Espero que nunca estés tan bloqueado como para hacer este paso a paso al pie de la letra. Basta con que salgas de tu zona de confort y te atrevas a escribir. El miedo a la hoja en blanco nunca se va, pero se trabaja con disciplina, estudio y el tener a la mano una historia que contar. Te aseguro que el cómo hacerlo va apareciendo en el camino.
Y si tienes una marca y necesitas que contemos tus historias, escríbenos. Estaremos encantados de trabajar contigo.
*Directora de contenidos de Explica y storyteller. Es la que hace preguntas difíciles, investiga para resolverlas, escribe sobre ellas y coordina el equipo de redactores. Estudió sociología pero, como le gusta la calle, hizo una maestría en periodismo.
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